Una hemorragia es la salida de sangre fuera de los vasos sanguíneos debido a su rotura por un traumatismo cortante o contuso. Las hemorragias se clasifican en internas y externas. A continuación se describen las características de cada tipo:
Hemorragia interna: es la salida de sangre hacia las cavidades internas del organismo. La sangre no fluye al exterior y se acumula debajo de la piel o en una cavidad orgánica. Puede ser causada por fuertes golpes abdominales, caídas al vacío, accidentes de tráfico, entre otros.
Los síntomas de una hemorragia interna incluyen ansiedad, mareos, pupilas dilatadas, piel fría y pegajosa, palidez, respiración cortada y rápida, hinchazón del abdomen, falta de aire y anemia severa.
Hemorragia externa: corresponde a la salida de sangre hacia el exterior del organismo. La sangre sale al exterior a través de una herida abierta.
Puede generarse por heridas abiertas o por orificios naturales del cuerpo como la nariz, boca, oídos, ano y meato urinario. Los síntomas de una hemorragia externa incluyen estado de shock, confusión o pérdida de la lucidez mental, piel fría y humedecida, vértigo o mareo luego de sufrir la lesión, descenso de la presión arterial, palidez, aceleración del pulso y aumento de la frecuencia cardiaca.
Es importante saber cómo actuar ante cada tipo de hemorragia. Ante una hemorragia interna, se debe buscar atención médica de inmediato. Ante una hemorragia externa, se puede actuar mediante la compresión directa, la elevación del miembro afectado, la compresión arterial o el torniquete.

Paula Rojas Hormazábal
Instructora en Primeros Auxilios, RCP y DEA. Técnico en Enfermería de Nivel Superior. Experto Técnico en Prevención de Riesgos. Heartsaver CPR /AED/ First-Aid Heart Center, National CPR Foundation. Cursos de Especialización en Harvard University, Medical School, Estados Unidos. Colegiada en Colegio Nacional Paramédico y TENS de Chile.