GUÍAS AHA 2020
Principales cambios de las guías RCP Neonatal AHA:
Anticipación a la necesidad de reanimación: en las salas donde hay nacimientos debe haber al menos una persona que pueda realizar los pasos iniciales de la reanimación para recién nacidos e iniciar una ventilación con presión positiva y cuya única responsabilidad sea el cuidado del recién nacido únicamente.
Manejo de la temperatura en los recién nacidos
Para mejorar la lactancia, el control de temperatura y la estabilidad de la glucemia, es eficaz el contacto piel a piel con la madre del recién nacidos sanos que no requiere reanimación después del nacimiento.
Despejar de la vía aérea cuando hay meconio
Los recién nacidos no vigorosos (que presentan apnea o un esfuerzo ventilatorio ineficaz) que nacen con LATM (líquido amniótico teñido con meconio), no se recomienda realizar una laringoscopia de rutina con o sin aspiración traqueal. Si tienen indicios de obstrucción de vía aérea durante la VPP (Ventilación con Presión Positiva), puede ser beneficioso realizar la intubación y la aspiración traqueal.
Acceso vascular
La vena umbilical es la recomendada en los recién nacidos que necesitan un acceso vascular en el momento del parto. Si no es factible acceder por vía intravenosa, puede ser razonable utilizar la vía intraósea.
Finalización de la reanimación
Para recién nacidos que reciben reanimación, si no hay frecuencia cardíaca y se han realizado todos los pasos de reanimación, se debe analizar con el equipo de atención de salud y con la familia el cese de los esfuerzos de reanimación. Un tiempo razonable para este cambio en los objetivos de atención es de aproximadamente 20 minutos después del nacimiento.
Desempeño humano y del sistema: el entrenamiento individual o grupal del equipo debe realizarse con menor periodicidad a la establecida con el paciente adulto o pediátrico (en estos dos últimos se recomienda cada 2 años), para favorecer la retención de conocimientos, habilidades y comportamientos.
Las siguientes recomendaciones pueden aplicar a pediátrico o neonato (desde que nace hasta los 28 días)
Ventrículo único – Recomendaciones para el tratamiento de pacientes en la etapa paliativa I preoperatoria y posoperatoria (Derivación Norwood/Blalock-Tausig):
El monitoreo directo (catéter en vena cava superior) o indirecto (espectroscopia del infrarrojo cercano) de la saturación de oxígeno puede ser beneficioso para marcar una tendencia y dirigir el tratamiento en neonatos en estado crítico, si hay una derivación debidamente restrictiva, la manipulación de la resistencia vascular pulmonar puede tener poco efecto, mientras que la reducción de la resistencia vascular sistémica con el uso de vasodilatadores sistémicos (antagonistas alfa-adrenérgicos o inhibidores de la fosfodiesterasa tipo III), con o sin el uso de oxígeno, puede ser útil.
El SVEC (Soporte Vital Extracorpóreo) tras la etapa paliativa I Norwood puede ser útil para tratar un bajo nivel sistémico de DO2 (Disponibilidad de Oxígeno). En el caso de obstrucción la guía recomienda administrar oxígeno, agentes vasoactivos para aumentar la presión de perfusión de derivación y heparina (bolo de 50-100 unidades/kg) mientras se prepara para la intervención quirúrgica o el cateterismo.
Ventrículo único – Recomendaciones para el tratamiento de pacientes en la etapa II posoperatoria (Glenn/Hemi-Fontan bidireccional) y la etapa III (Fontan) paliativa:
En pacientes con un estado previo al paro con una fisiología de anastomosis cavo pulmonar superior y una hipoxemia grave debido a un flujo sanguíneo pulmonar inadecuado (Qp), las estrategias de ventilación que apuntan a lograr una acidosis respiratoria leve y una presión media mínima en las vías aéreas sin atelectasia pueden ser útiles para aumentar la oxigenación arterial cerebral y sistémica.
En las guías AHA se hace énfasis en la anticipación y preparación por parte del personal salud que se entrena individualmente y como equipos.
Menciona que la mayoría de los recién nacidos no requiere pinzamiento del cordón inmediato o reanimación y se puede evaluar y controlar durante el contacto piel a piel con sus madres después del nacimiento.
Prevenir la hipotermia es un punto importante para la reanimación neonatal. La importancia del contacto piel a piel en los recién nacidos sanos está reforzada como un medio para promover la vinculación parental, la lactancia y la normotermia.
Ventilar de los pulmones son la prioridad en los recién nacidos que necesitan soporte después del nacimiento.
El aumento en la frecuencia cardíaca es el indicador más importante de la ventilación efectiva y la respuesta a intervenciones de reanimación.
La saturación de oxígeno (oximetría pulso) se usa para guiar la terapia con oxígeno y cumplir los objetivos de saturación de oxígeno.
No se recomienda la aspiración endotraqueal de rutina para lactantes (vigorosos o no vigorosos) que nacen con líquido amniótico teñido con meconio. La aspiración endotraqueal se realiza solo si se sospecha una obstrucción de la vía aérea después de proporcionar ventilación con presión positiva (VPP).
Las compresiones torácicas se proporcionan si hay una respuesta deficiente de la frecuencia cardíaca a la ventilación después de los pasos correctivos de ventilación, que preferentemente incluyen la intubación endotraqueal.
Se debe controlar electrocardiográficamente la respuesta de la frecuencia cardíaca a las compresiones torácicas y los medicamentos.
Se prefiere la vía venosa umbilical. Cuando el acceso IV (intravenoso) no es factible, se puede considerar el acceso IO (intraóseo).
Si la respuesta a las compresiones torácicas es deficiente, puede ser razonable proporcionar adrenalina, preferentemente a través de la vía intravenosa.
Los recién nacidos que no responden a la adrenalina y que tienen antecedentes o sospecha de pérdida de sangre pueden requerir una expansión del volumen.
Se debe analizar la redirección de la atención con el equipo y la familia, si estos pasos de reanimación se realizan eficazmente y no hay una respuesta de frecuencia cardíaca en 20 minutos.

Paula Rojas Hormazábal
Instructora en Primeros Auxilios, RCP y DEA. Técnico en Enfermería de Nivel Superior. Experto Técnico en Prevención de Riesgos. Heartsaver CPR /AED/ First-Aid Heart Center, National CPR Foundation. Cursos de Especialización en Harvard University, Medical School, Estados Unidos. Colegiada en Colegio Nacional Paramédico y TENS de Chile.
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