Actualizaciones AHA

Actualización detallada para primeros auxilios del 2020 de la AHA, American Heart Association y la American Red Cross.

Temas

  1. Reconocimiento de ACV.
  2. Aspirina para dolor torácico.
  3. Control de hemorragias.
  4. Técnicas de enfriamiento.

Los primeros auxilios, que son los cuidados iniciales que se proporcionan en caso de una enfermedad o una lesión grave, tienen el objetivo de evitar la muerte, aliviar el sufrimiento, evitar el agravamiento de las enfermedades o lesiones y contribuir a la recuperación. Las características generales de la realización de primeros auxilios, en cualquier nivel de entrenamiento, incluyen reconocer, evaluar y priorizar la necesidad de primeros auxilios, brindar atención mediante el uso de las competencias adecuadas y reconocer las limitaciones y buscar tratamiento adicional cuando sea necesario, como activar los servicios de emergencias médicas o buscar otro tipo de asistencia médica.

La actualización detallada del 2020 contiene recomendaciones para reconocer accidentes cerebrovasculares (ACV), suministrar oxígeno suplementario en caso de sospecha de un ACV, proporcionar aspirina en caso de dolor torácico, suministrar glucosa en caso de sospecha de hipoglucemia, medios para detener hemorragias potencialmente mortales, uso de vendajes de compresión para la recuperación de lesiones cerradas en las articulaciones de las extremidades, medios para guardar dientes avulsionados y técnicas de enfriamiento para la hipertermia por golpes de calor o por esfuerzo. La AHA destaca recomendaciones nuevas y actualizadas que considera que tendrán un impacto significativo en los resultados de los pacientes.

Las Principales Recomendaciones AHA, nuevas y actualizadas

Reconocimiento de ACV

Para reconocer un posible ACV, los proveedores de primeros auxilios pueden utilizar las señales de debilidad en el rostro (por ejemplo, la parálisis facial), en un brazo o en la fuerza en un lado del cuerpo o la alteración del habla y deben activar los servicios de emergencia tan pronto como sea posible si cualquiera de estas señales está presente.

El ACV es una de las principales causas de discapacidad y muerte, y los resultados de un ACV mejoran con el reconocimiento oportuno de sus señales y el acceso rápido a intervenciones urgentes. Varias herramientas de reconocimiento de un ACV identifican esta afección mediante los signos de debilidad en el rostro, un brazo o la fuerza en un lado del cuerpo o la alteración del habla. En los estudios observacionales sobre las herramientas de reconocimiento de los ACV, se descubrió que la reducción de tiempo desde el comienzo de los síntomas hasta el tratamiento, entre pacientes que sufrieron ACV, mejoró las tasas de diagnóstico y también el tiempo para un tratamiento definitivo, especialmente la trombolisis.

AHA 2020

Aspirina para adultos con dolor torácico de origen no traumático

Mientras esperan la llegada de los servicios de emergencia, los proveedores de primeros auxilios pueden incentivar a los adultos que experimentan dolor torácico de origen no traumático a masticar y tragar aspirina, a menos que la persona que está sufriendo el dolor tenga una alergia conocida a la aspirina o que un profesional de salud le haya recomendado no tomarla.

Cuando un paciente que está sufriendo un ataque cardíaco recibe aspirina de manera oportuna, la supervivencia puede mejorar. En las versiones anteriores de las guías, se recomendó a los proveedores de primeros auxilios que ofrecieran aspirina solo a las personas con síntomas de dolor torácico que sugirieran un ataque cardíaco. Sin embargo, puede ser difícil distinguir el dolor torácico debido a un ataque cardíaco de otras causas de dolor torácico. Si bien no hay estudios que evalúen los beneficios o los riesgos, en que los proveedores de primeros auxilios administren aspirina a las personas que padecen dolor torácico de origen no traumático, la opinión del grupo de redacción de primeros auxilios fue que los posibles beneficios de la administración oportuna de aspirina superan el riesgo potencial de una dosis única de aspirina. Esta recomendación se aplica a todos los adultos, excepto para aquellos que tienen alergia a la aspirina o a quienes los profesionales de salud hayan recomendado no tomarla.

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Las versiones anteriores de las guías AHA brindaban recomendaciones para el control de las hemorragias. Esta actualización detallada del 2020 presenta nuevas recomendaciones para el grupo de personas que sufren hemorragias potencialmente mortales asociadas con una pérdida rápida de sangre. Las hemorragias potencialmente mortales se pueden reconocer por la acumulación de sangre en el suelo, la rapidez con la que sale o chorrea la sangre desde una herida o si la hemorragia no se detiene a pesar de la aplicación de la presión manual directa.

Varios estudios han demostrado que los torniquetes pueden detener la hemorragia de una extremidad de forma segura y disminuir la mortalidad. Debido a que no siempre se cuenta con un torniquete en el momento, se debe aplicar presión manual directa hasta que haya uno disponible. También se debe aplicar presión manual directa en los casos de hemorragias potencialmente mortales en heridas en las que no se puede emplear un torniquete.

La evidencia existente sugiere que el uso de los apósitos hemostáticos, que son materiales que ayudan a promover la coagulación de la sangre, logra que el control de la hemorragia sea más rápido y que la pérdida de sangre disminuya, a diferencia de la aplicación de presión directa por sí sola. Los proveedores de primeros auxilios pueden utilizar los apósitos hemostáticos como un tratamiento complementario a la presión manual directa.

Control de hemorragias potencialmente mortales

Se debe utilizar un torniquete fabricado como el tratamiento de primera línea en el caso de hemorragias potencialmente mortales en extremidades y se debe colocar lo más pronto posible tras ocurrida la lesión.

Si no hay un torniquete comercial disponible en el momento o si el torniquete comercial aplicado de forma correcta no detiene la hemorragia, se debe aplicar presión manual directa, con el uso de apósitos hemostáticos si están disponibles, para tratar una hemorragia potencialmente mortal en una extremidad.

En el caso de las personas con hemorragias externas potencialmente mortales, se debe aplicar presión manual directa para detener inicialmente la hemorragia en el caso de heridas que no se puedan tratar mediante el uso de un torniquete o cuando no se disponga de un torniquete comercial de manera inmediata.

Si hay un apósito hemostático disponible, puede ser muy útil como un tratamiento complementario a la presión manual directa para el tratamiento de una hemorragia externa potencialmente mortal.

Técnicas de enfriamiento para los golpes de calor y la hipertermia por esfuerzo

En el caso de adultos y niños que sufren golpes de calor o hipertermia por esfuerzo, los proveedores de primeros auxilios deben sacar a la persona del entorno caluroso, retirar el exceso de ropa, limitar el esfuerzo y activar los servicios de emergencia.

En el caso de los adultos que sufren golpes de calor o hipertermia por esfuerzo, es razonable comenzar con el enfriamiento activo inmediato mediante técnicas de inmersión de cuerpo completo (desde el cuello hacia abajo) en agua fría o fresca (a entre 1 °C y 26 °C, cuando sea seguro, hasta alcanzar una temperatura central inferior a 39 °C  o hasta que los síntomas neurológicos cesen.

En el caso de los adultos que sufren golpes de calor o hipertermia por esfuerzo, cuando no se pueda realizar la inmersión en agua, puede ser razonable iniciar el enfriamiento con el uso de otros métodos de enfriamiento activo, lo que incluye compresas frías comerciales, duchas frías, sábanas y toallas empapadas en agua fría, chalecos y chaquetas refrescantes, enfriamiento por evaporación, ventiladores o una combinación de técnicas.

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En el caso de los niños que sufren golpes de calor o hipertermia por esfuerzo, puede ser razonable iniciar el enfriamiento activo inmediato mediante técnicas de inmersión de cuerpo completo (del cuello hacia abajo) en agua fría o fresca (a entre 1 °C y 26 °C, cuando sea seguro, hasta alcanzar una temperatura corporal central inferior a los 39 °C o hasta que los síntomas neurológicos cesen.

 

En el caso de los niños que sufren de golpes de calor o hipertermia por esfuerzo, cuando no se pueda realizar la inmersión en agua, puede ser razonable iniciar el enfriamiento con el uso de otros métodos de enfriamiento activo, lo que incluye compresas frías comerciales, duchas frías, sábanas y toallas empapadas en agua fría, chalecos y chaquetas refrescantes, enfriamiento por evaporación, ventiladores o una combinación de estos.

El golpe de calor por esfuerzo es una afección de emergencia caracterizada por una temperatura corporal central superior a los 40 °C (hipertermia grave) y una disfunción del sistema nervioso central (p. ej., confusión, convulsiones o coma).
La evidencia existente demuestra que es importante bajar la temperatura en las personas que sufren golpes de calor lo más rápido posible para disminuir el riesgo de muerte o de lesiones en los órganos.

Los proveedores de primeros auxilios deben sacar a estas personas del entorno caluroso, retirar el exceso de ropa, limitar el esfuerzo y activar los servicios de emergencia. Los estudios demuestran que en el caso de los adultos, la inmersión de cuerpo completo (desde el cuello hacia abajo) en agua fría es la técnica más eficaz para reducir rápidamente la temperatura central y que es razonable iniciarla lo más pronto posible tras reconocer el golpe de calor.

Otras técnicas de enfriamiento activas, las que incluyen las compresas frías comerciales, las duchas frías, las sábanas y toallas empapadas en agua fría, los chalecos y las chaquetas refrescantes, el enfriamiento por evaporación o los ventiladores, también son eficaces para disminuir la temperatura corporal; sin embargo, no la reducen con la misma rapidez que la inmersión en agua fría.
Las recomendaciones de tratamiento se extrapolaron para los niños debido a que no se identificaron estudios de las técnicas de enfriamiento en niños.

Ley N° 21.156 Desfibriladores (DEA)

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Paula Rojas Hormazábal

Instructora en Primeros Auxilios, RCP y DEA. Técnico en Enfermería de Nivel Superior. Experto Técnico en Prevención de Riesgos. Heartsaver CPR /AED/ First-Aid Heart Center, National CPR Foundation. Cursos de Especialización en Harvard University, Medical School, Estados Unidos. Colegiada en Colegio Nacional Paramédico y TENS de Chile.