El shock
El término shock se utiliza para describir una situación médica en la cual los órganos y tejidos del organismo no reciben un aporte suficiente de oxígeno y nutrientes, ello conlleva a una muerte progresiva de las células y a un fallo en la función de los diferentes órganos que puede llevar a la muerte.
Esta falta de aporte se produce básicamente debido a que la cantidad de sangre que llega a los tejidos es insuficiente por un mal funcionamiento del corazón (shock cardiogénico), por una pérdida de líquidos corporales (shock hipovolémico) o por una infección grave (shock séptico).
Cómo se produce el shock hipovolémico
La volemia es el porcentaje total de sangre de un individuo. A su vez la sangre se halla constituida por una porción líquida llamada plasma (55%) y otra formada por células (glóbulos rojos principalmente).
El mayor porcentaje de la volemia está representado por agua. Ante pequeñas disminuciones de volemia (<15%) el organismo tiene mecanismos de compensación (aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca) que permiten que el corazón continúe bombeando sangre normalmente y asegurando los nutrientes adecuados.
Cuando se producen pérdidas más importantes (como una hemorragia abundante) y especialmente si se producen de forma rápida, el organismo pierde esta capacidad de compensación o ésta no es suficiente entrando en situación de shock.
Las principales causas de shock hipovolémico son:
- Pérdida importante de sangre (shock hemorrágico).
- Hemorragias externas (por ejemplo, debidas a traumatismos) o hemorragias internas (como un sangrado gástrico por una úlcera de estómago).
- Pérdida de agua y electrolitos (sodio y potasio): vómitos y diarreas importantes.
- Pérdida de plasma: quemaduras.
El shock cardiogénico
Se caracteriza por hipoperfusión global, secundaria a disminución en la contractilidad miocárdica. Clínicamente los pacientes se presentan con signos y síntomas como disnea, fatigabilidad, disminución progresiva de capacidad funcional, dolor torácico o síncope. Dado que el gasto cardiaco depende tanto de la fracción de eyección como de la frecuencia cardiaca, las bradiarritmias y taquiarritmias pueden ser causales y presentarse clínicamente como shock cardiogénico. Las causas más frecuentes de shock cardiogénico son: infarto agudo al miocardio (IAM), valvulopatías, cardiomiopatías y tóxicos.
El shock obstructivo
Se produce por disminución brusca o exagerada en la precarga del ventrículo izquierdo o por un aumento brusco de la postcarga. Se genera secundario a procesos extracardíacos que alteran la distensibilidad cardiaca o generan disminución del volumen de fin de diástole (precarga) tanto del ventrículo derecho o izquierdo, comprimiendo vena cava superior o inferior. Ejemplos son neumotórax a tensión, tromboembolismo pulmonar (TEP) masivo y taponamiento cardiaco.
El shock distributivo
Se genera por una vasodilatación sistémica profunda que se asocia a disminución del volumen intravascular por extravasación del mismo hacia el intersticio. Como consecuencia de la disminución de la resistencia vascular sistémica y aumento en la capacitancia venosa se produce una disminución del volumen circulante efectivo y retorno venoso, repercutiendo directamente en disminución del gasto cardiaco.
Inicialmente la respuesta compensatoria es aumento de la frecuencia cardiaca, lo que determina un perfil hiperdinámico con aumento del gasto cardiaco, clínicamente insuficiente para la demanda metabólica sistémica. La causa más frecuente es el shock séptico. Sin embargo, también puede ser consecuencia de grandes quemaduras, pancreatitis, shock anafiláctico, intoxicaciones por monóxido de carbono, cianuro o asociado a trauma neurogénico.
Alergias, intoxicaciones y picaduras.
Infecciones, por ejemplo heridas que se infectan.
- Shock neurogénico
Dolor, traumatismos en general, ocasionados por daño al sistema nervioso.
Síntomas generales del shock
- Piel pálida, fría y sudorosa.
- Ansiedad o agitación.
- Pulso rápido y débil.
- Respiración rápida y superficial.
- Labios y uñas azuladas (cianosis).
- Presión arterial baja (hipotensión).
- Alteración de la conciencia, mareos, vértigo, confusión.
- Deshidratación, la persona siente sed.
- Pupilas dilatadas.
Primeros Auxilios
- Control de signos vitales.
- Tratar las lesiones que lo provocan (si es posible).
- Aflojar todo lo que comprima a la víctima.
- Tranquilizar al herido.
- Evitar pérdida de calor corporal, tapar al accidentado.
- Colocar al accidentado con la cabeza más baja que los pies, (posición de trendelenburg), elevando sus piernas y siempre que sus lesiones lo permitan.
- Evacuar urgentemente al centro asistencial, ya que la tendencia del shock siempre es a empeorar.
El shock es un síndrome clínico de muy variada etiología, cuyo denominador común es la existencia de una hipoperfusión tisular.
Es muy importante realizar una evaluación primaria precoz, para actuar de manera eficaz en la fase reversible del cuadro.
El diagnóstico se basa en la disfunción de órganos y mala perfusión tisular que llevará al paciente a la hipotensión.
El manejo del paciente en shock requiere una monitorización de su estado hemodinámico y metabólico, así como el aporte adecuado de oxígeno, fluidos y fármacos vasoactivos.

Paula Rojas Hormazábal
Instructora en Primeros Auxilios, RCP y DEA. Técnico en Enfermería de Nivel Superior. Experto Técnico en Prevención de Riesgos. Heartsaver CPR /AED/ First-Aid Heart Center, National CPR Foundation. Cursos de Especialización en Harvard University, Medical School, Estados Unidos. Colegiada en Colegio Nacional Paramédico y TENS de Chile.