El shock séptico es una enfermedad que se produce cuando una infección provoca una hipotensión arterial peligrosa. Esta afección puede producirse por cualquier tipo de bacteria. El cuerpo responde de manera inflamatoria a las toxinas, lo que puede provocar daños en los órganos.
El shock séptico es una afección grave que se produce cuando una infección en todo el cuerpo lleva a que se presente presión arterial baja peligrosa. Esta afección puede afectar cualquier parte del cuerpo, incluso el corazón, el cerebro, los riñones, el hígado y los intestinos.
Los síntomas pueden incluir brazos, piernas fríos y pálidos, temperatura alta o muy baja, escalofríos, sensación de mareo, disminución o ausencia del gasto urinario, presión arterial baja, palpitaciones, frecuencia cardíaca rápida, inquietud, agitación, letargo o confusión, dificultad para respirar, entre otros.
El shock séptico es una emergencia médica y en la mayoría de los casos, las personas ingresan a la unidad de cuidados intensivos del hospital. El tratamiento incluye la administración de antibióticos y líquidos intravenosos para combatir la infección y aumentar la presión arterial. Además, se puede revisar la presión en el corazón y en los pulmones, lo que se denomina monitoreo hemodinámico. El pronóstico del shock séptico es grave, y su tasa de mortalidad depende de la edad de la persona y su salud general.
La sepsis y el shock séptico son el resultado de la respuesta inadecuada del huésped a una infección que ocasiona disfunción de uno o más órganos. La respuesta inflamatoria en la mayoría de los individuos es adaptativa y contribuye a controlar la infección, pero en la sepsis se produce un desequilibrio entre los mecanismos proinflamatorios y antiinflamatorios. A nivel macro hemodinámico, se ha considerado históricamente que el shock séptico ocurre en diferentes fases, y se han descrito cinco fenotipos cardiovasculares macro hemodinámicos en el shock séptico.
Síntomas del shock séptico
Esta enfermedad puede dañar cualquier parte del cuerpo, el corazón, el cerebro, los riñones, el hígado y los intestinos. Entre sus síntomas se pueden manifestar las siguientes afecciones.
- Extremidades frías y pálidas.
- Temperatura corporal anormal, o muy alta o muy baja, el paciente también podrá sentir escalofríos.
- Ligera sensación de mareo.
- Disminución o ausencia de ganas de orinar.
- Presión arterial baja, concretamente al permanecer parado.
- Palpitaciones.
- Ritmo cardíaco acelerado.
- Agitación, inquietud, confusión o letargo.
- Problemas para respirar con normalidad.
- Cambio de color de la piel o erupción cutánea.
- No ser consciente en algunas ocasiones.
Pruebas para diagnosticar el shock séptico
En primer lugar, se realizan análisis de sangre para comprobar la presencia en el cuerpo del paciente de alguna de las siguientes dolencias.
- Infección en alguna parte del cuerpo.
- Conteo sanguíneo completo y química sanguínea.
- Aparición de bacterias y otros organismos.
- Bajo nivel de oxígeno en la sangre.
- El equilibrio acidobásico presenta alteraciones.
- Los órganos no funcionan correctamente o hacen su trabajo a menor rendimiento.
Sin embargo existen otras pruebas que pueden ayudar al especialista a acertar con su diagnóstico. Entre ellas:
- Radiografía de tórax para identificar una neumonía o la existencia de líquido en los pulmones (edema pulmonar).
- Tomar una muestra de orina para detectar alguna infección.
Por último, los estudios extra para identificar la afección, como los hemocultivos, pueden resultar negativos durante diferentes días, una vez se haya realizado la analítica de sangre o pasados unos días de la aparición del shock.
Causas del shock séptico
Este tipo de enfermedad puede aparecer debido a cualquier tipo de bacteria, hongos y virus incluidos. Las toxinas que liberan las bacterias y los hongos pueden derivar en daño tisular. En consecuencia esto puede hacer que el paciente experimente la presión arterial baja y el funcionamiento incorrecto de algunos órganos. El cuerpo puede llegar a inflamarse como respuesta de defensa a las toxinas que pueden dañar los órganos. En cuanto a los factores de riesgo del shock séptico se presentan los siguientes:
- Diabetes.
- Enfermedades del aparato biliar, el aparato genitourinario o el aparato digestivo.
- Enfermedades como el SIDA, que debilitan el sistema inmunitario.
- Sondas permanentes.
- Leucemia.
- Uso de antibióticos durante un largo tiempo.
- Padecer alguna infección recientemente.
- Cirugía o intervención quirúrgica reciente.
- Consumo de esteroides.
- Trasplante de órgano o médula ósea.
Tratamiento
El shock séptico se trata de una emergencia médica. Por lo tanto un gran porcentaje de los pacientes ingresan en la unidad de cuidados intensivos del hospital. Entre los tratamientos se encuentran:
- Respirador, a través de ventilación mecánica.
- Diálisis.
- Medicamentos para combatir la presión arterial baja, la infección o coagulación de la sangre.
- Alto volumen de líquidos administrados por vía intravenosa.
- Oxígeno.
- Sedantes.
- Cirugía con el fin de drenar las zonas infectadas siempre que sea necesario.
- Antibióticos.
A través de un monitoreo hemodinámico se puede revisar la presión del corazón y los pulmones. Esto solo se podrá realizar con un equipo especializado y cuidados de enfermería intensivos.

Paula Rojas Hormazábal
Instructora en Primeros Auxilios, RCP y DEA. Técnico en Enfermería de Nivel Superior. Experto Técnico en Prevención de Riesgos. Heartsaver CPR /AED/ First-Aid Heart Center, National CPR Foundation. Cursos de Especialización en Harvard University, Medical School, Estados Unidos. Colegiada en Colegio Nacional Paramédico y TENS de Chile.