Sustancias que durante la fabricación, manejo, transporte, almacenamiento o uso, pueden incorporarse al aire ambiente en forma de polvo, humo, gas o vapor, con efectos irritantes, corrosivos, asfixiantes o tóxicos y en cantidades que tengan la probabilidad de lesionar la salud de las personas que con ellas contacten.
Las vías a través de las que puede entrar un contaminante en el organismo son:
- Respiratoria
- Dérmica
- Digestiva
- Parenteral
La entrada al organismo de un contaminante produce una intoxicación en el trabajador. Esta intoxicación puede ser aguda, cuando se trata de una exposición intensa a una alta concentración, o crónica, si ha sido una exposición constante a pequeñas concentraciones de contaminante. La primera da lugar a un accidente de trabajo que suele ser de pronóstico grave y la segunda suele ser causa de una enfermedad profesional.
La vía respiratoria es la puerta de entrada más frecuente. Hay que tener en cuenta que los pulmones de un solo individuo, a través de sus alvéolos, presentan una enorme superficie de contacto para cualquier contaminante, equiparable en dimensiones a la mitad de un campo de fútbol. Por tanto, la respiratoria es una vía de penetración muy rápida para cualquier producto contaminante.

La vía dérmica es menos importante. La piel es una barrera natural para muchas sustancias, pero algunos contaminantes tienen la capacidad de traspasarla.
La vía digestiva suele ser accidental. Nadie ingiere un producto tóxico voluntariamente, aunque algunas costumbres censurables, como fumar o comer en el lugar de trabajo, sin haberse lavado las manos, etc., pueden llevar a la boca determinadas concentraciones del contaminante con el que se esté trabajando.
Por último, la vía parenteral, es decir, a través de pinchazos, heridas, etc., que también es accidental, es muy poco frecuente en la contaminación por un producto químico.

El Decreto Supremo N°594 establece tres tipos de límites de exposición a agentes químicos:
Límite permisible: que es el valor máximo para una jornada normal de trabajo.
Límite permisible temporal: como un máximo permitido en un periodo de 15 minutos continuos.
Límite permisible absoluto: referido al valor máximo permitido en cualquier momento durante la jornada de trabajo. El uso de EPP es obligatorio al manejar químicos peligrosos.
Los riesgos químicos pueden presentarse en diferentes formas
- Polvos: Partículas sólidas, producto de la ruptura mecánica de sólidos.
- Gases: Aerosoles, pinturas, olores.
- Vapores: Derivados de combustiones o similares.
- Rocíos: Partículas liquidas muy pequeñas.
- Humos metálicos: Partículas sólidas que se generan de la condensación de vapores. Se producen generalmente después de la volatilización de metales fundidos.
- Nieblas: Partículas líquidas producto de la condensación de vapores.
El contaminante químico puede producir en el trabajador consecuencias específicas como irritaciones, alergias, dermatitis y en forma generalizada puede provocar intoxicaciones,alteración al sistema nervioso central, respiratorio o circulatorio.
El riesgo para la salud atribuible a un contaminante químico depende de:
- Concentración ambiental del contaminante.
- Tiempo de exposición del trabajador.
Es una relación de proporcionalidad directa: a más tiempo de exposición o a mayor concentración del contaminante, más riesgo para el trabajador.
Cuando estamos ante la posible presencia de contaminantes químicos en el medio ambiente laboral, el higienista encargado de investigarlo tiene que seguir los pasos antes mencionados: identificar el contaminante, evaluarlo y controlarlo. La evaluación del contaminante se realiza mediante medición del mismo en el aire ambiente con el sistema de medición adecuado en cada caso, y la posterior comparación de la concentración hallada con la que se considera valor límite ambiental de ese producto. Con esta comparación podremos saber si existe riesgo higiénico o no.
Debemos actuar bien sobre el tiempo de exposición del trabajador, reduciendo su tiempo de estancia en la instalación, lo que no siempre es posible, o bien sobre la concentración del contaminante, adoptando acciones correctoras que disminuyan dicha concentración.

Control del riesgo
Para reducir la concentración del contaminante deberemos actuar sobre las tres variables siguientes:
- Foco emisor:
- Sustitución producto.
- Aislamiento de la fuente.
- Métodos húmedos de trabajo para sedimentar rápidamente el polvo.
- Mantenimiento adecuado de la instalación, equipos, etc.
- Medio:
- Ventilación general que limpie y renueve el aire de la estancia.
- Extracción localizada que atrape en origen al contaminante.
- Limpieza adecuada de todas las superficies y del local en general.
- El trabajador:
- Formación e información que le permitan conocer y combatir los riesgos.
- Rotación en los puestos laborales de más riesgo.
- Encerramiento del trabajador para aislarle del lugar contaminado.
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