El virus SARS COV-2 es el causante de la enfermedad de Coronavirus (COVID-19) que causa neumonía.
FORMAS DE TRANSMISIÓN:
Se transmite principalmente entre personas a través del contacto y de gotitas respiratorias de 5 a 10 micras (µm), mediante la tos, estornudo, al hablar o durante procedimientos, como aspiración de secreciones. Estas gotas se desplazan hasta un metro, y luego caen; no permanecen suspendidas en el aire.
Por consiguiente, el virus de la COVID-19 se puede contagiar por contacto directo con una persona infectada y, de forma indirecta, por contacto con superficies que se encuentren en su entorno inmediato o con objetos que haya utilizado.

PERSONAS DE ALTO RIESGO:
- Niños y adultos mayores de 65 años.
- Personas con enfermedades crónicas, cardiovasculares, respiratorias, asma, hipertensión arterial, diabetes, inmunodeprimidos.

SÍNTOMAS:
- Odinofagia, dolor de garganta.
- Pirexia, fiebre, temperatura corporal de 38°C.
- Tos seca, sin expectoración.
- Cefalea, dolor de cabeza.
- Mialgia, dolor muscular.
- En algunos casos pérdida del gusto y olfato, anosmia.
- Disnea, dificultad para respirar.
- Astenia, decaimiento, debilidad o fatiga.
SÍNTOMAS:
- Odinofagia, dolor de garganta.
- Pirexia, fiebre, temperatura corporal de 38°C.
- Tos seca, sin expectoración.
- Cefalea, dolor de cabeza.
- Mialgia, dolor muscular.
- En algunos casos pérdida del gusto y olfato, anosmia.
- Disnea, dificultad para respirar.
- Astenia, decaimiento, debilidad o fatiga.
COMPLICACIONES:
El COVID-19 produce neumonía, infección del pulmón que ocasiona inflamación y daño del tejido pulmonar. Los pulmones están formados por conductos por los que circula el aire, bronquios, bronquiolos y pequeños sacos llamados alvéolos, donde se realiza el intercambio gaseoso. En una persona sana los alvéolos se llenan de aire al respirar, mientras que en una persona con neumonía, los alvéolos están llenos de pus y líquido, por lo que el intercambio de gases (O2 y CO2) se ve alterado, presentando dificultad para respirar.

Existe otra complicación aún mayor, que es el distrés respiratorio, de elevada morbimortalidad. El síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), es una forma de edema pulmonar, de causa no cardiogénica, debido a daño alveolar. Es una respuesta inflamatoria, por aumento de la permeabilidad vascular.
Se caracteriza por un bajo nivel de oxígeno en la sangre, hipoxemia. Los pacientes padecen dificultades serias para respirar y, generalmente, no pueden realizarlo por su cuenta, sin el apoyo de un respirador.

En tercer lugar, está la complicación que produce destrucción celular del pulmón, porque el mecanismo reproductor del virus, implica destrucción de las células, durante la reproducción de las materias virales, esta destrucción, si es muy extensa provoca fibrosis pulmonar.
La fibrosis pulmonar se caracteriza por una cicatrización (fibrosis) progresiva, que hace que el pulmón pierda flexibilidad y se deteriore su funcionamiento a lo largo del tiempo. Esto produce dificultad para respirar, disnea y la sangre no recibe el oxígeno suficiente, por lo tanto la persona quedará, no sólo con cicatrices en los pulmones, sino que también, tendrá insuficiencia respiratoria y necesitará suministro de oxígeno en forma permanente.



Paula Rojas Hormazábal
Instructora en Primeros Auxilios, RCP y DEA. Técnico en Enfermería de Nivel Superior. Experto Técnico en Prevención de Riesgos. Heartsaver CPR /AED/ First-Aid Heart Center, National CPR Foundation. Cursos de Especialización en Harvard University, Medical School, Estados Unidos. Colegiada en Colegio Nacional Paramédico y TENS de Chile.
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